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Acerca de Nezahualcóyotl

Odio cuando los clientes se hacen los moralistas después. Vienen, pagan, y luego “ay, qué horror, qué pecado”. ¡Hipócritas! Me dan ganas de escupirles en la cara y decirles “cállate, mentirosos, todos mienten”. Pero bueno, el burdel no juzga, solo cobra. Y yo, como Dr. House, me río de la farsa.

Trabajadores sexuales: visibles para todos, pero sin derechos

PROSTITUTA DE LA CALLE REFORMA (Fabiola Duéñez Reyna) Y qué de mis sentimientos, y qué de mis lágrimas. Dejaron de importarme las cosas terrenales ya no.

Así pueden hacer hombres y mujeres de estas edades para cotizar en Colpensiones sin los cambios de la reforma de Petro